"Adoración de los pastores", Guido Reni - 1640 
"Adoración de los Reyes Magos", Francisco de Zurbarán - 1639


              
    Quiso la Providencia que el Niño Jesús recibiese la visita de tres sabios - que según una venerable tradición eran también reyes - y algunos pastores. Dos extremos de la escala humana de valores. La gracia divina, que llamó para acercarse a la Sagrada Familia a los Reyes Magos, desde lo profundo de sus lejanos países, llamó también a los pastores, desde los profundo de su ignorancia.

    ¿Y cómo se presentaron ellos? Muy característicamente como eran: allá fueron los pastores llevando su ganado, sin disfrazar su condición humilde; los Magos se presentaron con sus tesoros, oro, incienso y mirra, sin buscar ocultar su grandeza.

    La piedad cristiana, expresada en una abundante iconografía, entendió durante siglos, que los Reyes magos se dirigieron a Jerusalén con todas sus insignias. 

    Esto quiere decir que a los pies del Niño Dios, cada cual se debe presentar tal como es, y sin disfraces ni atenuantes, pues hay lugar para todos: grandes y pequeños, fuertes y débiles, sabios e ignorantes.

- Plinio Corrêa de Oliveira -

(Traducido de "Catolicismo", Diciembre de 1955)


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